¿Qué sucedería si Dios te abandonara?

Llama mucho la atención los versículos del capítulo 14 del Libro de Job, en donde Job no sólo discurre acerca de la brevedad de la vida del hombre, sino también sobre qué sucedería si Dios lo abandonara (vs 6-10). Frente a esta hipótesis, Job dice tajante: [el hombre] dejará de ser. Es interesante leer el contraste que Job hace entre la vida del hombre y la vida de un árbol. Si este último fuere cortado aún queda esperanza de él. Hay todavía una probabilidad que reflorezca y continúe viviendo en esta tierra. Aun si su tronco se ve totalmente muerto, al percibir el agua en su raíz, tallos nuevos brotarán para crecer como si fuera un árbol recién plantado. En cambio, el hombre morirá… ¿y dónde estará él? (v 10). ¡Esto es verdaderamente impactante!

Job nos hace reflexionar acerca de nuestra vida. Si Dios nos abandonara, ni siquiera sería una calamidad, simplemente moriríamos. Increíblemente, cada día, al momento de despertar a una nueva mañana, exactamente en ese preciso instante o mili-segundo de conciencia, Dios nos habla. Nos dice: “no te he abandonado.” Cuando estamos transitando por una etapa difícil, ya sea una enfermedad, un problema económico u otra situación que perturba nuestras vidas, lo normal es que la mente se inunde de pensamientos que concluyen en la idea que Dios está lejos de nosotros. En algunos casos, estos pensamientos pueden llevar a que nos falte la fe. Pero el hecho que despertemos con vida un día más es porque Dios no nos ha abandonado; continua con nosotros.

La Biblia también dice que [Cristo] sustenta todas las cosas con la palabra de su poder (He 1:3). Aun cuando el hombre es pecador y se rebela contra Dios, igual él no abandona a su obra máxima de la creación, de lo contrario simplemente como raza humana ya no existiríamos. Dios sustenta al hombre y a la mujer. Por eso Jesús decía acerca del Padre, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos (Mt. 5:45). ¿Cuánto más no cuidará de nosotros sus hijos?

Por ello es que hemos de agradecer a Dios. Hagamos nuestro ese versículo en Isaías: No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia (Isaías 41:10). Dios también, en su divina Gracia, nos permita a nosotros no abandonar a otros.

--RJM