Ser Mansos

February 27, 2013

Mateo 5:5 nos dice: Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

En su predicación, Jesús primero comenzó a enseñar a sus discípulos cuáles son las características de un hombre feliz—o bienaventurado. No felicidad en el corto plazo, sino aquella que trasciende más allá de la muerte. Es aquel bienestar espiritual producido por hallar la gracia de Dios a nuestro favor. Y una característica importante del hombre feliz—el Señor explica—es la de ser manso. Pero, ¿qué significa ser manso?

Un hombre manso es aquel que interiormente posee tal actitud espiritual que la afabilidad de carácter, de palabras y de modos aflora en forma natural. Una persona que posee mansedumbre es muy difícil de provocar o de irritar; tal persona no posee violencia, sino que tiene paciencia—i.e., capacidad de padecer o soportar algo por largo tiempo sin alterarse. Números (12:3) nos dice que Moisés era un hombre muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra. Moisés tuvo problemas a los que muchos de nosotros ni siquiera nos someteríamos. El pueblo constantemente se quejaba por su liderazgo, nunca estaban conformes, aun cuando lo único que él hacía era lo que Dios le ordenaba (Nm 11:10-15). El aceptaba todas las circunstancias de la vida confiado en la voluntad de Dios.

Para llegar a ser hombres mansos, primero debemos ser humildes. ¡No es al revés! Son dos características que van unidas, la humildad antecede a la mansedumbre, pero la última es una manifestación de la primera. Y para lograrla debemos aprender del modelo de Jesús para ser mansos. El dice (Mt 11:28-30): Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Lo interesante es que el Señor compara dos términos: carga y descanso. La palabra carga significa un peso que se lleva hasta el punto de agotamiento. Descanso es simplemente el alivio de esa carga. No es algo que debamos hacer, más bien es lo que llega cuando dejamos de hacer aquello que normalmente hacemos. Hay muchas fuentes que originan carga en nuestras vidas, e.g., la arrogancia y la presunción. Cuando nos sentimos amenazados por alguna circunstancia, rápidamente nos ocupamos de publicar que somos los primeros en algo, o nos ocupamos de hacer resaltar nuestra dignidad ante otros, o incluso de hacer notar que sabemos más que otros. Todo esto genera un torbellino interior produciendo una carga pesada de llevar. A veces, somos tremendamente presuntuosos frente a otros, tratando de pasar por personas muy elegantes, muy ocupadas, muy inteligentes, o incluso muy lujosas, sabiendo que no es así. Es verdad, la sociedad en que vivimos contribuye a que sea fácil caer en ese actuar, pero al hacerlo no sólo nos engañamos a nosotros mismos (Ga 6:3), sino que se genera una carga interior difícil de llevar. El estar en una actitud de guerra por la primacía de nosotros mismos frente a otros, ¡agota!

La carga interior hace que el hombre no le encuentre sazón a la vida. Todo va bien, pero en el interior hay un abatimiento que lo consume sin haber una razón para ello. La criatura se desahoga llorando, o trata de distraerse en algo, pero luego de un tiempo, vuelve al mismo estado. Es la carga interior que terriblemente la cansa. La invitación de Jesús es a descansar de nuestro propio trabajo interno. Jesús nos llama a Su descanso y Su propia mansedumbre es Su método [1], i.e., Su mansedumbre nos conduce a Su descanso.

Debemos aprender de Jesús a ser mansos en dos direcciones. Primero, ser mansos hacia Dios. Es decir, poseer la disposición espiritual por la cual aceptamos Sus tratos con nosotros como buenos, y por tanto sin disputarlo, ni resistirlo—Habéis oído de la paciencia de Job (Stg 5:11). Job dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno (Job 1:21-22). Defendiendo Job el propósito de Dios frente a su mujer, dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios (Job 2:10). Un hombre manso tiene tal confianza en Dios que hace suya la expresión de Pablo: Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Ro 8:28).

Segundo, ser mansos hacia otras personas. Es decir, ser un hombre que confía completamente en Dios más que en sus propias fuerzas para defenderse asimismo en contra de la injusticia de otros. Mansedumbre en palabras. Si el espíritu del príncipe se exaltare contra ti, no dejes tu lugar; porque la mansedumbre hará cesar grandes ofensas (Ec 10:4). Jesús nos dejó un ejemplo [sufriendo maltrato y ser defraudado], para que sigáis sus pisadas;… quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente (1Pe 2:21,23). Pablo nos exhorta diciendo: No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor (Ro 12:19).

En conclusión, si queremos llegar a ser hombres o mujeres felices en el largo plazo, i.e., más allá de nuestra vida terrenal, debemos sinceramente buscar cada día llegar a ser más mansos. Dios es el único que a través de su Santo Espíritu nos puede dar la mansedumbre de Jesús. Entonces, humildemente reconocemos cada día que cualquier cosa que ocurra en nuestras vidas, Dios es poderoso para hacer que ellas nos ayuden para bien. Todo lo dejamos en las manos de Dios. Y así confiadamente entramos al descanso o reposo que nos da el Señor. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas (He 4:10.)

—RJM



____________________________
Referencias
[1] Tozer, A.W., (1948). The Pursuit of God. Serenity Publishers, Rockville, MD, 2009. Reprinted.

2 comments:

Den said...

Gracias y muchas gracias
en este momento se me hace de mucha necesidad este asertivo mensaje
Dios les bendiga mucho

fesiglo21 said...

Toda la gloria para el Señor! Nos alegra que el artículo haya sido de mucha bendición.

Post a Comment